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Cuevas de Tito Bustillo 

Asturias

La Cueva de Tito soler (o El Pozu'l Ramu en asturiano) es una cueva con pinturas prehistóricas desde el 22.000 hasta el 10.000 a. C. Situada en Ribadesella, en el Principado de Asturias.

Fue descubierta en 1968 por el grupo de espeleología Torreblanca, entre los que se encontraba Celestino Bustillo, llamado «Tito Bustillo». Días más tarde "Tito" fallece en un accidente de montaña y en su honor ponen su nombre a estas cuevas.

 

Está incluida en la lista delPatrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio «Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España» (en inglés,Cave of Altamira and Paleolithic Cave Art of Northern Spain).

 

El Macizo de Ardines es uno de los complejos kársticos visitables más interesantes de Asturias. Se trata de un monte calizo, en cuyo interior se despliega una red de cuevas formadas durante miles de años.

El cauce subterráneo del río San Miguel es el artífice de las cuevas y oquedades de Ardines que, junto con las formaciones estalactíticas, estalagmíticas, columnas o coladas, componen un paisaje singular que siempre ha despertado la curiosidad de los visitantes.

 

Partiendo desde la entrada natural, en la que se asentaron los antiguos pueblos prehistóricos, se accede a una gran sala conocida como El Entronque, un cruce entre las galerías de la cueva. Aquí confluyen las tres principales zonas transitables de la cueva: la Galería Larga que nos lleva a lo más profundo de la cueva, el corto pasillo que nos acerca al Panel Principal y el acceso natural ya mencionado.

 

La cueva de Tito Bustillo conserva doce conjuntos de arte rupestre distribuidos por toda la cavidad. La rica variedad de estas manifestaciones, con pinturas y grabados de signos, animales y representaciones antropomorfas, hacen que la cueva de Tito Bustillo sea considerada uno de los mejores ejemplos de arte rupestre paleolítico de Asturias y uno de los yacimientos más completos de toda la Cornisa Cantábrica.

 

Las excavaciones arqueológicas han revelado una intensa e importante ocupación de la cueva durante el período Magdaleniense.

 

Los cazadores-recolectores magdalenienses son los creadores de una de las fases culturales más ricas del Paleolítico superior europeo. Con respecto a épocas anteriores, la variedad tipológica de sus útiles se incrementan: azagayas, arpones, espátulas, barillas... son objetos de la vida cotidiana que muestran una enorme riqueza cultural.

 

 

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